El cartucho perfecto nace de la combinación adecuada de carga y la dosificación acertada de cada componente
Solo usamos los mejores componentes
Un cartucho es mucho más que el objeto cilíndrico que colocamos en la escopeta. En su producción hay un conjunto de delicados y complicados procesos, y sólo con la calidad y buenas prestaciones de cada uno de ellos, unidos a la combinación adecuada de carga y a la dosificación correcta de cada componente, obtendremos el cartucho óptimo, el perfecto, el que nos garantice, cuando apuntamos y accionamos el gatillo, la absoluta certeza de que en ese momento el disparo se hará en perfecto desarrollo y precisión.
El secreto para poder fabricar buenos cartuchos de caza está en usar buenos componentes: pistón, vaina, pólvora, taco y perdigón. Partiendo de esta base, para cargarlos sólo hay que seguir dos pasos, sencillos pero extremadamente delicados.
